La vaca ha sido un símbolo de fertilidad y bienestar milenario no solo por la calidad excepcional de los productos que nos brinda sino por la capacidad intrínseca de revitalizar el suelo. Los hábitos y comportamientos de los herbívoros ayudan y benefician los ciclos de las plantas, su desarrollo, reproducción y crecimiento.
El pastoreo renueva el follaje de las plantas incentivando la fotosíntesis, la producción de oxigeno, incrementando biomasa, la producción de materia orgánica, el almacenamiento de carbono y la rehabilitación y enriquecimiento del suelo. Además, siendo un hervíboro por excecencia, las vacas han evolucionado para hacer de su abono uno de los más completos y nutritivos aderezos para fertilizar el suelo. La composición del abono es el probiótico perfecto para rehabilitar y apoyar la fabricación de humus. Una relación simbiótica donde todos ganan: planta, animal y suelo.
¿Porque producimos leche en Palugo? y ¿Porqué leche orgánica?
Cuentan los mayores que hace 40 años el escenario agrícola de Palugo era una orquesta de pocas lagartijas tocando “cangahuas” con espinos. El escenario: remanentes rocosos del viejo Volcan Pishanga. Los pocos espectadores: el viento, la sequía, las sinchiquihuas y las pajas.
Con esta escena agrícola bastante lejana a la de los suelos negros y aceitosos, cuna de las civilizaciones agrícolas, vale primero preguntarse ¿porque producir leche en Palugo? Y es que se necesita de un elemento clave, no muy conocido, para que un suelo se transforme en suelo agrícola, un agricultor. Y ¿porqué leche? Porque el agricultor Palugueño prefería mil veces un buen vaso de leche que un manojo pajas. Y ¿Porqué orgánica? Porque , la leche necesita de la vaca, la vaca de la paja, la paja del suelo, el suelo del agua, el agua del aire, el aire del árbol, el árbol del agricultor, el agricultor de la vaca, la vaca de la leche y así sucesivamente para lograr un ecosistema rico en alimentos.
Salud, alimentos, sustentabilidad, suelo, recursos, sinergia, agua, aire serían solo palabras si no hay quién dirija esta orquesta y la armonice para diseñar un ecosistema humano donde se produzcan recursos, no se exterminen. Si el costo de producir alimentos es devastar el suelo, el agua, el aire y la vida. El precio de ese alimento es mi salud. No me salió tan barato.
Un suelo rico en carbono y humus actúa como los pulmones de la tierra. Le da la capacidad de sostener la vida, absorber agua en las épocas de lluvia para entregarla lentamente en las épocas de sequía, evitar la erosión, tiene la capacidad de secuestrar el CO2 del aire y hospedarlo en el suelo.
Salud mereces tú, la tierra, el agua, el suelo, la flora, la fauna y la vida. Nos merecemos un alimento de primera calidad producido a partir de una agricultura sinérgica, regenerativa que nutra, respete y alimente la vida. Eso es desarrollo.
Los alimentos son la base de la salud, ¿puede un alimento alimentar la salud, si el proceso de producirlo no alimenta la vida?